No oculto mi opinión al ver que en España, la ciudad de Cataluña se convertía en la primera en prohibir las corridas de toros. Desde que tengo uso de razón he querido encontrar la razón de este extraño “deporte”. En el futbol los goles suman puntos, como las cestas en el Basketball o los jonrones en el Beisbol. En la Formula 1 y en el atletismo esta en juego la velocidad y capacidad física respectivamente. Muchos deportes tienen la semejanza de ser batallas de fuerza y estrategia, ¿y las corridas de toros? Yo agrego mi definición: Espacio atroz en donde un hombre con deseos frustrados de sodomizador y bailarina de cumbia, que lleva puesto un traje muy ajustado al cuerpo, se llena de valor para ser todo un cobarde, atacando a un toro guiado por su ira y que cae en su trampa hasta ser asesinado cruelmente. ¿Se me escapo algún detalle?
No hay ningún derecho ni razón que valga para maltratar a un animal, es inaudito y para nada agradable. Tengamos en cuenta que el consumo de animales para proveer nuestro organismo es distinto, porque lo hacemos para un fin, un objetivo. ¿Y cual es el fin de las corridas de toros? ¿Alimentar el morbo? ¿Ver algo entretenido? Es noticia cuando un torero es embestido por la fuerza del animal, le da tres cornadas, queda gravemente herido y este, por la gracia divina, sale perfecto en su etapa de recuperación, ¿Por qué no hacemos lo contrario? ¿Dónde esta la importancia de ver tantos toros muertos en este espectáculo denigrante y asqueroso, lleno de aplausos, alcohol y gritos? Muchos periodistas sabemos como distinguir si una noticia es interesante y jugosa de una floja y sin cuerpo. Se llama criterio. Por ejemplo: Si un perro muerde a un hombre no tendrá mucha trascendencia en un medio de comunicación por ser un hecho común y corriente, pero si es el hombre el que muerde al perro las alarmas y el “olfato” periodístico se activa, se cubre el impactante suceso, se narra de la manera mas precisa posible y el televidente o lector obtiene lo que quiere. En las corridas de toros pasa lo mismo. Todos quieren ver al torero levantado en brazos de un grupo de personas luego de “morder” al animal hasta llevarlo a la muerte.
No hay ningún derecho ni razón que valga para maltratar a un animal, es inaudito y para nada agradable. Tengamos en cuenta que el consumo de animales para proveer nuestro organismo es distinto, porque lo hacemos para un fin, un objetivo. ¿Y cual es el fin de las corridas de toros? ¿Alimentar el morbo? ¿Ver algo entretenido? Es noticia cuando un torero es embestido por la fuerza del animal, le da tres cornadas, queda gravemente herido y este, por la gracia divina, sale perfecto en su etapa de recuperación, ¿Por qué no hacemos lo contrario? ¿Dónde esta la importancia de ver tantos toros muertos en este espectáculo denigrante y asqueroso, lleno de aplausos, alcohol y gritos? Muchos periodistas sabemos como distinguir si una noticia es interesante y jugosa de una floja y sin cuerpo. Se llama criterio. Por ejemplo: Si un perro muerde a un hombre no tendrá mucha trascendencia en un medio de comunicación por ser un hecho común y corriente, pero si es el hombre el que muerde al perro las alarmas y el “olfato” periodístico se activa, se cubre el impactante suceso, se narra de la manera mas precisa posible y el televidente o lector obtiene lo que quiere. En las corridas de toros pasa lo mismo. Todos quieren ver al torero levantado en brazos de un grupo de personas luego de “morder” al animal hasta llevarlo a la muerte.
Para terminar solo puedo agregar que este tipo de medidas tomadas en el pais de las corridas de toros es un ejemplo para el mundo entero y es un paso adelante en la lucha de la proteccion de los animales que no tienen capacidad para defenderse. Al llegar a Colombia esto ni tendra eco, ¿pero que se le puede pedir a este pais?
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