27 de julio de 2011

Joe: el caminante que nació lejos de aquí

"Voy a la ciudad, voy a trabajar. Ahí esta el placer, lo voy a buscar
Voy dejando atrás aquel basural, que me hizo odiar tu forma de amar"

Hablar del Joe Arroyo es hablar de Barranquilla. Es hablar de Colombia. Por muchos años su música fue la banda sonora de ese gran imaginario costeño, reflejo de nuestra idiosincrasia y sello ante un país que, aún con sus pesares, siempre saca su mejor sonrisa. 

De muy niño, en esas mañanas calurosas de domingo donde mi padre era lo más parecido a un programador de emisora, esa voz de color particular, con sabor en cada letra, y de vez en cuando su inconfundible chirrído que fue su sello en gran parte de sus canciones, retumbaba en mis oídos para emprender, entonces, el camino ligado que cada habitante de esta ciudad debía recorrer con el Joe.

Aunque su música fue constantemente reproducida en todas las estaciones radiales de Barranquilla, el tiempo pasaba y no se presentaba la oportunidad de ver a ese "centurión de la Noche" con todo su furor en vivo y en directo. Hasta que finalmente, un 15 de noviembre de 2006, el Estadio Metropolitano sería el escenario indicado para verlo junto a mi más grande ídolo de todos los tiempos.

Cuando Shakira lo presentó como "el genio de la música popular colombiana", la emoción que sentía era indescriptible: ver al símbolo que marcó tu infancia con el ícono de tu juventud reunidos de nuevo, como en aquel Festival de Orquestas de 1998, unidos bajo el legado musical que por años ha sido historia en "Curramba la Bella" no tenía precio.

Después de eso, me prometí que la próxima vez que tuviera un encuentro con el Joe Arroyo tenía que ser más cercano. Y así lo fue. Como periodista del noticiero Notivisión de Telecaribe tuve el inmenso honor de entrevistarlo en su camerino minuto antes del Gran Concierto Nacional el 20 de julio de 2009, donde se le rendía un merecido homenaje. 

Al tenerlo de tú a tú todo lo que tenía preparado se me borró por completo y le dije, con emoción en mi garganta, que su música me acompañó en mi infancia gracias a lo que hizo en la juventud de mis padres. Se levantó de su silla y me dió un abrazo, para luego hacerle 3 preguntas e incluirlas en una nota de poco más de minuto y medio de duración. 


Desde ese día no volví a ver al Joe, pero tristemente observaba en los medios como era explotado en presentaciones contratadas cuando su estado de salud no era el óptimo. Incluso, el día del Gran Concierto Nacional, lo notaba caminando muy lento, ido en ocasiones y con respuestas cortas. Su respiración y su voz en el escenario ya no era la misma. Ese no fue el Joe que yo vi en la televisión cuando era niño.

Hoy todos despedimos al ídolo, al grande, al patriarca y guardián del folclor de nuestro país, al compositor y encargado de arrancarnos sonrisas al escuchar su música; esa que nos transportaba por un largo camino de recuerdos y anécdotas que estan impregnadas en nuestra memoria por siempre. 

Te saliste con la tuya Joe, te quedaste en Barranquilla y ahora para la eternidad. Bailaremos con tu ritmo y tu son de generación en generación, además de ese enorme sentido de pertenencia a esta ciudad que, aunque no te vió nacer, te recibió con los brazos abiertos y hoy, con lágrimas en los ojos, despide a quien describió a esta ciudad la esperanza de la vida y llego aquí cuando tenía sus 14 primaveras. A la patria chiquita que te apoyó.

"¿Cómo me llaman? Eso no importa. Yo te vengo a buscar"

1 comentario:

  1. hola excelente nota!! recomiendo este sitio que vi en twitter homenaje al joe http://www.joeqepd.com

    saludos!!

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