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El día de mi grado en la Escuela de Redacción 'Olguita Emiliani' de EL HERALDO, cuando apenas era practicante de esa casa periodística, Ernesto McCausland, quien también me dio varias clases, me entregó el diploma. |
"Ajá. 11 de septiembre. Un pelao nació en Barranquilla a la hora que se cayeron las Torres Gemelas. ¿Quién quiere hacerlo?”. Salió McCausland, airoso y apresurado de su oficina en la redacción. A su lado estaba yo, menudo ante su imponente presencia (mido 1.75 metros, pero me veía como un ratón). “Yo lo hago Ernesto”, le dije. Su mirada bajó hacia mis ojos. Era una mirada de duda, quizá de las más intimidantes que haya visto. “Dale con toda”, me dijo.