26 de marzo de 2012

MDNA: la droga que Madonna le inyecta al pop

No se puede subestimar a Madonna. Casi 30 años después de lanzar su primera canción en la radio, su música todavía sigue posicionándose entre lo más buscado para analizar, sea a bien o  mal, lo que entre manos se trae cuando a cancionesnos referimos. Sobre este nuevo trabajo ya saqué mis conclusiones.


Con 16 tracks originales, producidos en su mayoría por William Orbit, Martin Solveig, y las colaboraciones especiales de Ale y Benny Benassi, The Demolition Crew, Hardy "Indiigo" Muanza y Michael Malih, el duodécimo álbum de la artista femenina más importante de todos los tiempos representa ese pop de los 60's y 80's mezclado con las nuevas sonoridades, como solo ella lo puede hacer.

MDNA es un coctel de medicamentos y uno que otro antidepresivo, con mucho alcohol y hechos a punta de confesiones, que ningún otro álbum de Madonna haya tenido antes. Está cargado de alucionaciones, de esas que los narcóticos logran causar sobre los adictos.

El álbum está claramente dividido en dos partes: por un lado las canciones entretenidas de Solveig, como el primer single Give me all your Luvin', que te hacen olvidar de lo que tienes alrededor y te invitan a bailar. En I don't Give A, por ejemplo, Madonna le canta directamente a Guy Ritchie, su ex, y le dice que intentó ser todo lo que él esperaba de ella, pero si no le gustó y falló entonces le importa un reverendo rábano. Nicki Minaj rapea y termina diciendo, con certeza, que solo hay una reina entre el montón. El resto son pretendientes al trono.  Entre ese grupo de alegría musical se destaca Turn up the Radio, una canción que perfectamente puede ser el himno de la temporada, capaz de hacer que todo quede atrás y subirle el volumen a la música para que sea esta la que cure las preocupaciones. Después de todo ese es el mensaje central en la ideología de la Reina del pop en su exitosa carrera: libertad.

El segundo lado de MDNA es el de Orbit: muy oscuro, fuerte, con sarcasmo, pero a la vez con un alto nivel de éxtasis tan parecido al lado Solveig. Canciones como Masterpiece, ganadora del Globo de Oro  en 2012 a Mejor Canción Original en una película, Falling Free, y en especial Love Spent, donde Guy Ritchie es atacado nuevamente y señalado como avaro y codicioso por el dinero de la diva, encajan perfecto en este trabajo que rompió récord en iTunes como el álbum más vendido en la historia de la tienda virtual en menos de un día.

La más aclamada por los fans es Gang Bang, un tema que recuerda las canciones habladas y susurradas de Madonna como Justify my love o Erotica, con la pequeña diferencia que en esta saca su lado asesino, y pretende matar una y otra vez a un hombre y su amante, y hacerlos pagar por los errores con balas y a sangre fría. "If you're gonna act like a bitch, then you're gonna die like a bitch". No hay dudas de que el responsable del laureado "Ray of Light" hace magia al lado de Madonna. Brillante.


Las demás canciones son Superstar (muy pop de goma de mascar y con una letra aceptable), Beautiful Killer (excelente combinación entre sonidos con los que ya ella ha trabajado), I Fucked Up,  y Girl Gone Wild, segundo sencillo del álbum, que tiene un coro pegajoso con un sonido bastante gastado y similar al remix de Celebration en 2009.

Otra para destacar: I'm a Sinner, donde pide a María, San Sebastián y hasta el mismo Jesucristo que la perdonen porque es una fiel pecadora y le gusta vivir de esa manera. De este track, que me recuerda mucho a Beautiful Stranger, banda sonora de la película Austin Powers, es donde conocemos cómo una buena canción pop puede ser realizada: un beat interesante, guitarras, un coro pegajoso y gritos fiesteros de los 80's.

Es claro que el álbum gira en torno a una canción: I'm Addicted. Mi favorita. Producida por los hermanos Benassi, tiene un sonido brutal y cuenta el verdadero significado de las siglas en el nombre del disco: su juego de palabras con la popular droga MDMA, que Madonna aprovechó y tomó para reemplazar una letra y tener un acrónimo de su nombre.

Teniendo en cuenta este pequeño repaso por el álbum, defino MDNA desde dos aspectos: el DNA de una artista que ha demostrado poder en la música desde sus inicios, y la adicción a escuchar, muy a pesar de que no es nada nuevo en sonidos, su voz, las letras y cómo estas compaginan en un bien logrado álbum que vale la pena escuchar de principio a fin.

Regresó Madonna: adicta, confesando su odio a su exesposo en un par de canciones, divertida, mordaz, juvenil desde algunos puntos, con sentimiento asesino, y con una invitación a bailar y recordar el verdadero objetivo de la música pop: entretener.

Long live The Queen.

MDNA: 4/5

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