Lo que me hacen sentir al escuchar su voz, al leer sus mensajes, al compartir momentos, al intercambiar risas y al acompañar las lágrimas es indescriptible. Son ustedes mi apoyo y hacen parte del motivo de mis alegrías. Son ustedes ese complemente perfecto y llenan el vacío de este hombre débil y abandonado que se hace fuerte y se vuelve otro al lado de ustedes.
Tengo la fortuna de tratar con un selecto grupo de "hermanos" y "hermanas", distintos y variados en pensamientos, campos de trabajo, sentimientos, colores e ideas. Los tengo abogados, psicólogas, comunicadores y comunicadoras sociales, economistas, profesionales en negocios, internacionalistas, ingenieros de sistema, soñadores, risueños, mamadores de gallo, altruistas, académicos, los que prestan plata y también prestan atención a lo que digo, las que no se cansan de decir que me aman en Twitter, en Facebook, en la vida real y hasta por teléfono. Los que me envían mensajes "burlándose" de mis comentarios, los que cantan todo el día y los que preguntan cuando me verán. Los que me encuentro en el bus, en la calle y salen disparados a abrazarme, los que me aconsejan y no me abandonan en los momentos difíciles.
Mis "hermanos" y "hermanas" del alma, con ustedes NADA me falta. No he discutido, no he puesto mala cara. Me siento feliz. Son mi complemento. Y yo, en retribución por su incondicional presencia, siempre les tendré una sonrisa amplia, un abrazo fraterno y cálido, y todo lo que esté a mi alcance para que los momentos que vivamos sean únicos y queden por siempre en nuestras retinas y en el corazón.
Gracias por estar ahí. Gracias por acompañarme. Por brindarme un poco de ustedes, por tenerme en cuenta, por los momentos vividos y por los muchos que vendrán si la vida me da la oportunidad de seguir respirando este aire, pisando esta tierra, de sentir el día a día, de escucharle sus voces y sus opiniones. De ver el amanecer desde mi casa y el atardecer desde una playa.
Los quiero! Por la sombra y por siempre juntos!
Imagen del Flickr de dhamza/ off
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