27 de marzo de 2011

No me grites


¿Por qué lo haces? ¿Que ganas gritando? Siempre he querido preguntartelo, aunque mejor me ahorro el esfuerzo y permanezco callado.

No lo hagas. Es irritante, más para tí que para mí. Tú desgastas tu voz. Yo desgasto mis oidos.

No me grites. No lo hagas. Busca otras opciones, otra alternativa. Otra excusa para decirme en verdad tus quejas.

No lo hagas. No me grites. Ni tu ni yo nos merecemos ese trato. Ven. Sientate a mi lado. Dime lo que te molesta, lo que te incomoda. Tal vez así obtengas mas respuestas.

Gritando no solucionas nada. ¿No notas que trato de alejarme cuando lo haces? ¿Que me encierro en mi silencio para no escucharte?

Piensalo antes de hablar conmigo  en una próxima oportunidad. Tal vez no te mire con los mismos ojos. Tal vez no te escuche con la misma atención. Tal vez mi cuerpo este a tu lado, pero mi mente no. Me hieres y te hieres.

No prediques cosas que no aplicas. No prometas lo imposible. Deja la retahíla a un lado. Renueva el repertorio. De tanto escucharte decir lo mismo ya me sé cada parte de tu discurso.

 No me grites. No te hagas mas daño.

2 comentarios:

  1. Woow!! Ojalá todos aplicaran esto, lo tuvieran en cuenta.
    Muy buen post hermanito :)

    ResponderEliminar
  2. No te hagas más daño, qué buena forma de decirlo. Buena.

    ResponderEliminar