El Parque Simón Bolívar, al cual asistía por segunda vez, fue el lugar escogido para dejar toda la energía posible en la primera versión de The Pop Festival que traía a un Belanova regular en performance, a Train con su excelente sonido en vivo, un Bomba Estereo tan monótono y un J Balvin muy pobre y apagado, reunidos en una tarde/noche para no olvidar. Los minutos parecían horas y cada canción parecía un discurso de posesión presidencial. Quería ver el show central. Quería ver a Shakira.
El reloj marcó las 7 y 40 de la noche y el frío ya estaba a mi lado, sumado al cansancio de estar todo un día de pie y que aún no superaba las dolencias que dejó el paso del Carnaval de Barranquilla. Pero cuando las luces se apagaron, la quejadera y el cansancio quedaron atrás y la expectativa se puso en primera fila para ser parte del show mas esperado en los ultimos 5 años sin verla en vivo. Fue precisamente "Pienso en ti" la que hizo que el alma volviera al cuerpo. Ahí estaba ella, caminando entre el público que espero mucho tiempo en volverla a ver con esa sonrisa tan amplia y esa cabellera rebelde con la que ha conquistado el corazón de millones en el mundo. Vestida de rosado, Shakira subía a un escenario frío y melancólico, acorde con la primera canción del show, para luego dar las buenas noches a las 35 mil almas presentes en el Simón Bolívar.
"Años luz" iniciaría las dos horas de entretenimiento puro, dando un poco de calor a los asistentes que, casi hipnotizados, se limitaban a ver el performance de esta canción. Vendría "Te dejo madrid", con guitarras fuera de este mundo, para darle espacio a los grandes éxitos de su carrera musical como "Si te vas", "Inevitable" y la reformada versión rockera de "Suerte".
Los shows de Shakira son como montañas rusas. Desapareció del escenario y la calma volvió para interpretar el polémico cover de "Nothing else matters" de Metallica del cual estaba impactado al ver por fin ese extraño coctel de música andina con un clásico del rock mundial. Magistral creería yo. Ante las críticas debo decir que las cuerdas y bajos con los tambores sonaron muy bien en vivo y, aunque la voz de Shakira no se prestaba en momentos, hay que aplaudirle el hecho de arriesgarse a hacer un cover de una banda tan legendaria en la escena musical.
Pasaba el tiempo y el ánimo subía. Me sentía en total conexión con cada canción, con cada frase, con cada sonido. Estaba concentrado porque, como todo, al finalizar sabía que no tendría mas chance de verla en vivo de nuevo. El punto máximo para mí fue "Antes de las Seis", la magistral balada de "Sale el Sol". Cuando la luz blanca señalo su vestido azul, como olas del mar en el escenario, sentí que ella estaba a mi lado. Sentía que cada palabra y frase de la canción eran susurradas en mi oído, como si estuviera en la intemperie, con un piano al lado. "Antes de las Seis", para mí, habla de la nostalgia. No de aquella por el pasado. Hablo de la nostalgia que existe por lo que jamás ocurrió. Lo que jamás pasó.
Shakira me demostró una vez mas de qué está hecha. Que es una mujer sin límites. Que es capaz de hacer una torre de babel alrededor de su diminuta figura, la misma que hoy hace que escriba sobre ella con el mismo orgullo que cuando menciona a Barranquilla en cada lugar donde va.